Equipo de trabajo del proyecto CARE – ÑENA. (Foto: Eduardo Bueso)
Bodegas Care ha presentado su proyecto CARE – ÑENA. La idea nace a partir de la colaboración de la bodega con el Centenario del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Su gerente Nacho Lázaro tiene la idea de aportar un vino digno de tal conmemoración y por tanto hacerlo igualmente de una manera singular y diferente a cuantas se hayan hecho en la Comunidad Autónoma en el mundo del vino.
Durante dos años un grupo de expertos se ha venido reuniendo en distintos lugares y con diferentes asuntos que resolver. Desde la selección del viñedo hasta las catas de los diferentes vinos en función de suelos y climas -siempre con la variedad cariñena-, hasta conseguir el adecuado, pasando por la elección de corcho, estilo de botella, precio de salida al mercado y, en definitiva, lo que según ellos debía de tener un vino genuino que aportar al Centenario del Parque. Enólogos, sumilleres, académicos de la de gastronomía, comerciantes especializados en vino, hosteleros, gastrónomos, artistas… han conformado el equipo.
Botellas el día de su presentación. (Foto: E. B.)
El resultado es un cuaderno de bitácora en el que se recogen los testimonios del equipo de trabajo a lo largo del tiempo, con la documentación gráfica y los registros de fichas de cata, opiniones y, en definitiva, lo que han considerado que debe de figurar en un vino irrepetible.
La etiqueta, una vez más, es la aportación del artista oscense Enrique Torrijos, enamorado de Ordesa que plasma en su obra el propio rostro de Ordesa en la línea de la colección de rostros de la bodega. El resultado «es la representación de la diosa Pyrene y su legado, la elegancia de un parque natural lleno de aromas, colores, belleza, fauna, naturaleza y majestuosidad» en palabras del propio autor.
El enólogo de esta bodega, Óscar Martínez, nos ofrece su comentario acerca del vino del que hablamos: “Elaborado con uvas procedentes de nuestros viñedos de Camino del Santo y de de la finca Marimú. Una calidad de uva excelente, con racimos sueltos, con un tamaño de grano menudo con excelente sanidad, hacía presagiar un vino con color, estructura, e intensidad de aromas. Todos estos presagios ahora quedan corroborados con este nuevo vino. Aromas intensos varietales, frescos, donde se mezclan los aromas frutas rojas con los florales que recuerdan a violetas y notas especiadas ofrecidas por su crianza en barrica junto sus lías. En boca se presenta amplio, con volumen, estructurado, con perfecto equilibrio en acidez y sensaciones dulces”.
Fotos: Eduardo Bueso (copyright)
Equipo de Bodegas CARE y autoridades. (Foto: E. B.)