Comedor del Bunkerbar. (Foto: E. B.)
Algo se mueve en la capital del Ebro. La gastronomía se va consolidando y nuevos locales abren sus puertas con apuestas interesantes; además con ilusiones de un futuro (gastro) mejor.
Uno de los más recientes es Bunkerbar situado en el número 20 de la céntrica calle de Jerónimo Zurita, espacio que hasta hace un año aproximadamente ocupaba otro bajo el nombre de Zurita 41º 38’.
En la barra se pueden degustar las especialidades y unos excelentes coktails. (Foto: E. B.)
Bunkerbar, lo dirigen dos jóvenes empresarias con mucha experiencia: Carol Lasmarías y Eloísa Artal han dado con la tecla para montar un negocio atractivo desde todos los puntos de vista.
Eloísa Artal (izquierda) y Carol Lasmarías junto al periodista gastronómico Arturo Gastón. (Foto: E. B.)
Nada más entrar llama la atención su atrevida y original decoración, en la que domina una ambientación de corte selvático, en la que no faltan ni siquiera muñecos en forma de chimpancés y orangutanes para darle más color a la sala, en la que hasta combina el uniforme de estilo camuflaje del personal.
Como curiosidad el nombre “bunkerbar” es reflejo de su sótano, ya que en él existe un auténtico búnquer, construido como refugio durante la Guerra Civil española y que actualmente se utiliza como comedor privado… o cuando hay “lleno” en la planta calle.
Sótano del establecimiento; auténtico búnquer construído durante la Guerra Civil española, actualmente comedor privado destinado a celebraciones. (Foto: E. B.)
En cuanto a la carta es muy variada, con varias ofertas para picar. En la presentación a la prensa especializada que se celebró esta semana pudimos degustar: la ensaladilla de la casa, las croquetas (de jamón y de carabineros) y la “tortilla hecha al momento”, que sale a la mesa en su propia sartén.
Como platos para compartir, en la que hay que mencionar el tomate y burrata, el carpaccio Harry’s Bar, el atún en tataki o el sashimi de salmón.
Detalle de la decoración del Bunkerbar (Foto: E. B.)
La oferta más importante y diversa se basa en el arroz. De hecho realizan siete especialidades para elegir (de verduras, del señorito, campero, negro con chipirones, de plancton, de carabineros y risotto de pato y foie), además de una exquisita fideuá de rape y langostinos.
Para terminar, un Chateaubriand a la brasa, y varios postres, uno de los apartados más sobresalientes de todo el menú.
Fotos: Eduardo Bueso (copyright)
Equipo de sala y barra del Bunkerbar. (Foto: E. B.)