Hall de entrada del Hotel Orfila
Durante una reciente estancia en Madrid, nos alojamos en este apacible y señorial hotel para descubrir en persona todas las exquisiteces que sobre el mismo han difundido personas especializadas, críticos gastronómicos y conocedores de grandes estancias.
Suite del Hotel Orfila
Llevamos muchos años visitando Madrid y, lógicamente, hay que ver otros hoteles… pero siempre que regresamos al “Orfila”, nos gusta más y lo que es más importante, nos encontramos como en casa.
El comedor pose una terraza muy agradable cuando el clima lo permite
Situado en la calle del mismo nombre, Orfila, en el mismísimo centro de Madrid: una zona residencial exclusiva y tranquila en plena city cultural y de negocios de la ciudad. Para los que nos gusta la pintura, está situado justo frente a la galería de arte Malborhoug. También está contigua a las calles Zurbano y Génova. Cruzando Castellana, nos encontramos con la calle Serrano (en menos de diez minutos).
Este emblemático edificio, construido en 1886, fue residencia de una familia perteneciente a la alta burguesía, muy célebre entre la sociedad madrileña de los años veinte, ya que albergaba numerosas representaciones artísticas en un teatro que se habilitó en el interior del palacete.
Actualmente es propiedad de la familia García, que amablemente nos brindó la oportunidad de conocer la historia y sus instalaciones tan confortables. Desde estas líneas queremos mostrar nuestro agradecimiento a D. Gabriel García y a su hija Verónica.
Se cuidan hasta los más mínimos detalles
El palacete del siglo XIX, conserva la fachada, el zaguán y la escalera principal. En el año 1999 se transformó en hotel respetando el estilo y el aire señorial tan característico que posee.
Nos encontramos en una estancia perfecta para el descanso y el disfrute de los sentidos, con sus cuidadas y refinadas decoraciones, papeles pintados ingleses, muebles de época traídos de diferentes países de Europa, sillas venecianas, pasamanerías, y suelos de mármol policromado. Todo ello, conforma un ambiente de máximo lujo, refinamiento y savoir faire.
Amenities del baño
El Hotel Orfila cuenta con 32 habitaciones, doce de ellas suites. Cada habitación tiene una decoración personalizada, así como la posibilidad de disfrutar de diferentes saloncitos, comunicados por una coqueta terraza–jardín, todo ello en una atmósfera cálida, tranquila y en absoluta privacidad.
Entrada del Hotel Orfila
Mención especial cabría darle a su restaurante, El Jardín del Orfila, máximo exponente del lujo y buen hacer coquinario, donde se puede disfrutar de una deliciosa gastronomía en un marco encantador.
Por cierto: el próximo miércoles 21 de marzo el Jardín de Orfila, asesorado por Mario Sandoval, vuelve a unirse por 4º año consecutivo para homenajear a la cocina francesa mediante la celebración del movimiento Goût de France, en el que se podrá disfrutar de un menú especialmente preparado para la ocasión.
Imagen para el recuerdo: tuve el placer de realizar esta foto a Mario Sandoval en el transcurso de una entrevista en su antiguo restaurante Coque (Humanes, Madrid)
El salón principal denominado Laurel, se transforma en diferentes ambientes, según el uso del momento: claro y luminoso por la mañana con unos desayunos sublimes, o cálido y más formal durante el almuerzo. Por la noche, misterioso y envolvente bajo la luz de las velas. Otros dos salones le acompañan: el Tragaluz y el Mirador, ambos perfectos para desarrollar reuniones de trabajo o recepciones.
Escalera
Quisiéramos resaltar que el hotel Orfila es miembro de la selecta élite de hoteles de lujo de la capital. En 2001, ingresó en la cadena Relais & Châteaux. Durante estos años le han ido otorgando premios y reconocimientos por la calidad y su labor de iniciativa turística.
Fotos: Hotel Orfila y Eduardo Bueso
Es la hora del desayuno