Las cifras demuestran que Huesca tenía ganas de un evento de las características de ‘Hecho en los Pirineos’, el primer Congreso de la gastronomía y el producto de los Pirineos. La programación de la mañana de sábado, que ha tenido en la inauguración oficial y en la primera ponencia sus actos centrales, se ha saldado con la asistencia de 1500 personas, a las que hay que sumar otras 2200 que han participado en las diferentes propuestas de la tarde.
Desde que se han abierto las puertas del Palacio de Congresos de Huesca, el goteo de público ha sido incesante. La exposición de productos, en la que más de 25 productores de ambos lados de la frontera se han dado cita, ha estado muy concurrida desde las 11.30 horas, momento en el que los visitantes han comenzado a pasear entre los diferentes puestos. Además de exposición y venta, el espacio ha sido un punto de encuentro para el intercambio de ideas entre profesionales, franceses y oscenses, que comparten una misma sensibilidad.
Otro de los puntos que han concentrado mayor afluencia de público ha sido el área de degustación de los platos elaborados en las demostraciones de los alumnos de las escuelas de hostelería del Lycée des métiers Lautréamont, de Tarbes, y de Guayente, que se han celebrado durante la tarde, agotando todas las tapas.
También ha habido un espacio para los más pequeños en los Talleres que han tenido lugar ayer de 16.30 a 20.30 horas. Decenas de niños han amasado, se han embadurnado, han degustado y han jugado a ser grandes cocineros. El buen tiempo ha permitido que otra de las actividades más originales –la demostración de caza de la trufa– haya congregado a buen número de curiosos en los exteriores del Palacio de Congresos. Los asistentes han podido culminar la jornada comprando trufa fresca de Graus y disfrutando de un helado trufado, en la exposición de producto.
En los talleres, los Aceites de la tierra y las Curiosidades gastronómicas de los Altos Pirineos han sido los protagonistas. Con la sala repleta, Carlos J. Domínguez de la almazara Ecostean ha repasado el gran número de variedades que se cultivan en el Somontano. Por otra parte y también bien arropado por el público, Eugenio Monesma ha dado su visión etnográfica de la cocina pirenaica.
Además, varias Catas Express de vinos varietales de la DOP Somontano y la proyección en la pantalla gigante del auditorio de Cortometrajes en bucle han ido jalonando las actividades vespertinas. En definitiva, la organización adelanta un balance positivo y comienza a quedar claro que los Pirineos parecen haber rebajado su altitud para permitir que las influencias oscenses y francesas se fundan en un punto de encuentro común.