Hall egipcio. Foto: E. B.
Desde su inauguración en julio de 2005, cuando visitamos Madrid a veces nos alojamos en el “Puerta de América”. Es un espacio que invita a soñar a quien lo visita. Un proyecto único que ha reunido a 19 de los mejores estudios de arquitectos y diseñadores del mundo, de trece nacionalidades diferentes. Originalidad, lujo, innovación y libertad formal definen un hotel que despierta los sentidos del huésped. Personalmente tiene un único inconveniente: no está en el centro.
Planta 11. Foto: E. B.
En el proyecto en el que se trabajó de manera intensa a lo largo de tres años, con una inversión estimada de 75 millones de euros. Todas las plantas presentan la misma distribución, con un lobby central, nada más salir del ascensor, y un pasillo que divide las habitaciones a ambos lados.
Bar. Foto: E. B.
Se trató de ofrecer un espacio donde cada uno de los arquitectos pudiera reflejar lo mejor de sí mismo, de su trabajo y en muchos casos de su cultura y su forma de entender el mundo mediante la arquitectura y el diseño, pero también la fotografía o la literatura. En él llegaron a trabajar en algunos momentos más de 650 personas a la vez para realizar una obra única. Y, por fin, el sueño se hizo realidad, de la mano de Jean Nouvel.
Pasillo. Foto: E. B.
El arquitecto francés se encargó de la fachada, el ático y la planta duodécima, que cuenta con 12 suites. Javier Mariscal y Fernando Salas provocan distintas sensaciones con su proyecto gráfico para la planta 11ª. Arata Isozaki ofrece al huésped un interiorismo sutil y relajante en la 10ª planta de clara influencia japonesa.
Kathryn Findlay proyectó el 8º piso. Foto: E. B.
Richard Gluckman se encargó de la 9ª, donde utiliza materiales como el metacrilato de un modo inesperado y sorprendente. Kathryn Findlay proyectó el 8º piso. Su intención es la de recrear un lugar de meditación donde el huésped pueda soñar o, como ella asegura, escuchar la brisa. Ron Arad organiza el espacio del 7º piso de una manera muy sugerente e imaginativa que traza algunas líneas sobre cómo debe ser el hotel del futuro.
Pasillo «metálico». Foto: E. B.
Marc Newson apuesta en la 6ª y el bar por dos entornos muy modernos, relajantes y sofisticados en los que juega con pocos materiales. En el pasillo de esta planta el huésped se puede reflejar en sus rojas paredes de madera lacada. Victorio & Lucchino transformaron la 5ª en un espacio muy acogedor basado en su trabajo para el campo de la moda. Los diseñadores sevillanos visten la planta con terciopelos, linos y algodones logrando un cálido y acogedor ambiente en el que el huésped se siente abrazado por los tejidos.
Habitación que ocupamos en nuestra visita más reciente. Foto: E. B.
Plasma Studio cambió el estereotipo del hotel como un espacio anodino, mediante un proyecto muy geométrico para la 4ª planta. David Chipperfield propone en la 3ª un espacio sencillo pero lujoso, donde combina revestimientos hechos a mano, paneles tapizados o mármol blanco. Norman Foster creó en la 2ª un entorno sereno que aísla al cliente del bullicio exterior. El cuero es el material más destacado y mediante su uso se trata de proponer distintas sensaciones acústicas y táctiles.
Suite. Foto: Hotel Puerta de América.
Zaha Hadid, la primera mujer en recibir el premio Pritzker (conocido como el Nobel de arquitectura) diseñó el primer piso. Un espacio que destaca por su fluidez, por su juego de líneas atrevidas. John Pawson se encargó del hall y los salones. Christan Liaigre combinó distintos aspectos de la cultura española en el restaurante. Teresa Sapey dio forma al garaje con un interesante juego de color y grafismo.
Pasillo «rojo». Foto: E. B.
Durante nuestra reciente estancia hemos vuelto a recorrer la totalidad de plantas y espacios comunes, como ya lo hicimos en su inauguración, y podemos constatar que se mantiene igual que entonces. Otro mérito añadido.
Texto y fotos: Eduardo Bueso (copyright)
Exterior hotel. Foto: Hotel Puerta de América.