Impresionante fachada. En la terrazas de las habitaciones del primer piso están ubicadas las dos piscinas privadas
Ahora que se acerca la Semana Santa, creo que puede interesar a los lectores alguno de los hoteles que frecuento.
Las habitaciones tiene mucho encanto, aunque son bastante pequeñas (salvo las suites).
Hoy les recomiendo uno de mis favoritos: Le Grand Hôtel de San Juan de Luz, enmarcado en un bello edificio de principios del siglo XX, restaurado hasta el más mínimo de los detalles. Como anécdota particular, les comento que en las fechas que se realizó dicha restauración (creo recordar que fue en el año 2003), ya me llamó la atención y al poco tiempo de abrir sus puertas fui uno de sus primeros clientes.
Terraza del Grand Hôtel de San Juan de Luz
Recientemente, en diciembre 2017 han terminado las obras de una nueva modernización. Es por ello que alguna fotografía que incluyo en el reportaje es de una visita reciente (previa a los últimos trabajos).
Spa y a su lado (en la imagen no se aprecia) la piscina climatizada
Su situación es inmejorable, en el centro del boulevard Thiers, es decir, en pleno paseo marítimo, por lo que casi todas sus habitaciones poseen vistas al Cantábrico.
Detalle de piezas de porcelana de principios del siglo pasado, expuestas en el hall del hotel
Posee un restaurante (Le Rosewood), decorado con cierto aire colonial inglés (madera, vegetación, ventiladores en el techo). A su lado, un salón con chimenea.
Le Rosewood, comedor principal (foto realizada antes de la última restauración)
Un poco más allá un clásico bar escocés, donde en diferentes visitas, he pasado largas y agradables horas sentado en los sillones de “orejeras” tapizados en cuadros… escoceses, tomando una cerveza cuando el cielo me recordaba al Mediterráneo, o un zumo de tomate, cuando la bruma aparecía allí al fondo, atravesada por hábiles gaviotas que jugueteaban al arte de la ingravidez, o cómo no, un té en aquellos momentos… (dichoso y bello tiempo cambiante del Cantábrico), en el que todo el ventanal se transformaba en un copioso aguacero de verano.
Cocktail – bar
El hotel también posee un impresionante Spa, gimnasio de élite, sauna, jacuzzi y piscina climatizada con acceso directo a la playa.Playa de San Juan de Luz, desde cerca del puerto
Y como curiosidad, dos de las habitaciones de la primera planta, ostentan piscina privada en el propio balcón. Un placer que considero más celestial que terráqueo, del que solo pude disfrutarlo en una visita, ya que casi siempre están reservadas con mucha antelación.Puerto de San Juan de Luz. Al fondo, casas del cercano pueblo de Ciboure
Si se desea comer en San Juan de Luz hay muy buenos restaurantes. Aconsejo uno que ofrecen la auténtica cocina de pescadores: sopa de pescado, calamares en su tinta, lenguado… etc. Se llama Le Petit Grill Basque.
Hora de tomar unas copas de champagne, previo a la cena
No confundir con otro que se llama Le Grand Grill Basque, en mi opinión mucho peor y más turístico. Le Petit Grill Basque, está situado en una callejuela detrás de la Iglesia de San Juan Bautista, por cierto, de obligada visita.
Iglesia de San Juan Bautista.
Fotos Eduardo Bueso (copyright). Importante: las imágenes que incluyo en este reportaje han sido realizadas en diferentes viajes, por lo que la última restauración de diciembre no está presente en ellas.También quisiera agradecer a la dirección del hotel la utilización de alguna de sus fotos.
Típicas casas de San Juan de Luz, al atardecer.