José Manuel Sebastián, socio de la Cooperativa Niño Jesús de Aniñón (Zaragoza). (Foto: Gabi Orte «Chilindrón»)
Hace dos años, Jesús Abad, gerente de la Cooperativa Niño Jesús anunció, en la celebración del cuadragésimo aniversario de la entidad, la futura implantación de un nuevo cultivo, de esperanzador futuro, el espárrago verde. El plan se enmarcaba en su estrategia para diversificar aún más la producción de la cooperativa, además de convertirse en una línea de exportación e importación, que «pretende dar trabajo doce meses al año, elevar la facturación y ofrecer productos en todas las estaciones», explica.
Jesús Abad, gerente de la Cooperativa Niño Jesús -en una imagen de archivo- (Foto: Eduardo Bueso)
En España, la temporada habitual del espárrago verde es de marzo a junio, especialmente en Andalucía, pero que en Aniñón, debido a su situación en altura, puede prolongarse hasta principios de noviembre, gracias a un segundo corte.
Como explica Pablo Latorre, de la dirección de la cooperativa, este cultivo «es complementario de los que ya tenemos. El primer corte se hace justo antes de comenzar la campaña de la cereza y el segundo, a partir de septiembre, tras acabar con el melocotón y antes de la vendimia».
El mayor temor de los agricultores de la zona es el pedrisco y las heladas, que pueden acabar con la floración de los frutales. Un problema que no ocurre con el espárrago, lo que garantiza su recogida.
Todo son ventajas, pues el espárrago de otoño, para el que se ha reservado varias hectáreas de forma experimental, llegará a los mercados durante cuarenta días, desde septiembre y quizá hasta principios de noviembre, «precisamente cuando no hay espárrago nacional y hay que importarlo de América». Así, aunque produzca menos, resulta más rentable para el agricultor, que tiene garantizada su salida.
Para este año, con varias hectáreas en marcha, se estima una producción de 30 000 kilos.
Espárragos verdes. (Foto: H. V.)
Hace ya bastantes meses, técnicos de la cooperativa, además de algunos socios, como José Manuel Sebastián, con el decidido apoyo del Ayuntamiento de Aniñón -que les ha cedido terrenos para estas primeras experiencias- analizaron y aprendieron en Guadalajara las técnicas de cultivo, al ser una zona con una altitud semejante a la suya. «Hemos comenzado un grupo de voluntarios –una media docena– que teníamos ganas de experimentar y ampliar cultivos. Y parece que va tirando», explica Sebastián.
Actualmente la Cooperativa Niño Jesús produce cerezas, que llegarán al final de primavera, junto con los estivales melocotones y ciruelas; en septiembre comenzará la vendimia, para elaborar su vino, cada vez más vendido embotellado; poco después de la manzana, y recoger la almendra, a final de año, será el momento de ‘varear’ la oliva.
Nacida en 1978 como tal, la cooperativa se ha convertido en el principal motor económico de la localidad de Aniñón (Zaragoza), con más de 2,5 millones de euros distribuidos entre sus 200 socios, en una población que apenas pasa de los 800 habitantes.
Los primeros espárragos verdes en un terreno de Aniñón (Zaragoza). (Foto: Gabi Orte «Chilindrón»)