Bodega Pirineos (Foto: Eduardo Bueso)
Recientemente, nos acercamos tres periodistas gastronómicos en visita privada a una de las bodegas míticas del Somontano (Huesca): Bodega Pirineos.
Javier Fillat y Manuel Zorita nos mostraron todos los recovecos de la bodega (que ya conocía de anteriores visitas) y de esta forma ver los cambios y especialmente mejoras realizadas desde hace unos años.
Javier Fillat el día de nuestra visita (Foto: E. B.)
No faltó acudir a los viñedos, acompañados por Jorge Sin, donde pudimos apreciar cómo crecían las viñas en una primavera calurosa.
Jorge Sin (Foto: E. B.)
Pero quizás al visitante le sorprenderá bajar a una de las galerías subterráneas que se amparan tras una verja. En cada peldaño que se baja, se intensifica el olor a bodega. La oscuridad le otorga un misterio especial, aunque no priva del brillo de las primeras botellas. Se trata del botellero, un lugar reservado única y exclusivamente al vino del Señorío de Lazán Reserva.
Foto: Eduardo Bueso
«Data de los años 50 y era lugar donde se elaboraban los primeros vinos de la Cooperativa Comarcal de Somontano, germen de la actual denominación. Con el tiempo se abrieron unas puertas que comunicaron los depósitos y se destinó a botellero», cuenta Javier Fillat, responsable de comunicación de la bodega. «Son 160.000 botellas de diferentes cosechas, desde 1981 a 1996», concreta.
Manuel Zorita catando (Foto: E. B.)
Con ese sabor de antaño y su atractiva estética es normal que sea uno de los principales atractivos de las visitas de enoturismo que se realizan en Bodega Pirineos. «Nuestras visitas van acompañadas de degustaciones de vino y de productos de la zona, además puntualmente hacemos acciones gastronómicas allí», explica el responsable de comunicación. Los recorridos son de lunes a sábado a las 11.30, con cita previa en la web o en el teléfono.
El tinto que aquí se conserva está elaborado con variedades que proceden de las faldas de la sierra de la Candelera, en concreto del Monte de Lazán –cabernet sauvignon, merlot y moristel-.
Este botellero es anterior a la constitución de la cooperativa, en 1964. El caballo de Bodega Pirineos comenzó su trote en 1993, hace justo ahora 30 años. Nació con la misión de «producir, elaborar y comercializar» sus vinos. Por aquel entonces, se congregaron los viticultores de la entidad, que en total sumaron unas 700 hectáreas de viñedo de secano. Esta bodega pasó a formar parte del Grupo Barbadillo en 2007.
Tras la visita, disfrutamos una breve pero muy interesante cata de algunos vinos todavía sin “terminar”, realizada por el enólogo Jesús Astrain, en la sala de crianza.
Jesús Astrain en la bodega (Foto: E. B.)
Fotos: Eduardo Bueso (copyright)
Momento de la visita a Bodega Pirineos