Muestra de Garnachas 2018 en el Museo de Zaragoza. (Foto: E. B.)
El Campo de Borja ha mostrado todo su potencial, ratificando su título de ‘Imperio de la Garnacha’, en una nueva edición de la Muestra de Garnachas que ha atraído, hasta el Museo de Zaragoza, a un numeroso público. La decimocuarta edición y tercera que se celebra en “este magnífico escenario”, como ha calificado Eduardo Ibáñez, presidente de la D.O. Campo de Borja, al Museo de Zaragoza.
Alto Moncayo, Aragonesas, Bordejé, Borsao, Pagos del Moncayo, Palmeri Sicilia, Román, Ruberte y Crianzas y Viñedos Santo Cristo son las bodegas del Campo de Borja que han participado en la muestra, tanto desde sus stands, ubicados en el patio central del museo, como en las catas que han ido organizando a lo largo de toda la jornada.
En la presentación, el presidente de la D.O. Campo de Borja se ha felicitado por la consolidación del museo como sede de la muestra, que refuerza la “consideración de nuestros vinos como obras de arte”. Pero, además de arte, ha continuado el presidente, detrás de estos vinos “hay también mucha ciencia, innovación y pasión”, y un arduo trabajo que, en el pasado concurso Garnachas del Mundo, que tuvo lugar en la Terra Alta, se vio recompensado con 12 medallas de oro y 8 de plata.
Brindis en el stand de «Terra Alta». (Foto: E. B.)
A dicha presentación han asistido, además de Jordi Rius, secretario de la D.O. Terra Alta, doce sumilleres y los presidentes de las asociaciones de Madrid y Aragón, “cuna de grandes sumilleres”, como ha destacado Ibáñez. Además de las actividades enmarcadas en la muestra, el presidente de la denominación ha querido destacar otro importante proyecto al que está estrechamente ligado el Campo de Borja: el Congreso del Terroir, que se celebra en Zaragoza del 18 al 22 de junio y “que congregará a los investigadores más prestigiosos del mundo”.
Cata privada de vinos Palmeri Navalta celebrada en el Museo de Zaragoza. (Foto: E. B.)
El consejero de Agricultura, Joaquín Olona, ha cerrado el acto felicitando a la denominación por vincular, “con un acto tan visible”, el vino con el arte y la cultura. “Desde el departamento –ha dicho el consejero– animamos siempre a los agricultores a la producción de alimentos de calidad diferenciada y entre estos, el vino es el mejor ejemplo”.
Copa de vino Palmeri Navalta. (Foto: E. B.)
La climatología ha acompañado durante toda la jornada, lo que ha animado al público a visitar el patio del museo y probar los vinos galardonados de las 9 bodegas participantes, maridados con jamón de Teruel y quesos El Acebo del Moncayo.
Las 9 catas, en el salón de actos del museo, que se ha transformado en un local animado por la música y la iluminación, también han congregado a numerosos profesionales y aficionados que han podido vivir la experiencia de unas catas diferentes y desenfadadas.
Fotos: Eduardo Bueso (copyright)
Cata de vinos Palmeri Navalta. (Foto: E. B.)