Por Ana Coscujuela Vigo
Esta vez visitaremos la Península de Gower, situada en el Sur de Gales. Gower fue el primer territorio del Reino Unido designado como área de belleza natural destacada (Area of Outstanding Natural Beauty) en 1956. Los acantilados rocosos y las inmensas playas de arena se intercalan en toda la costa. Esta se puede descubrir recorriendo parte del “sendero de la costa de Gales” que rodea todo el litoral (unos 1.400 km), convirtiéndose en el primer país del mundo que dispone de este tipo de travesía.
Entre sus playas destaca Rhossili beach como la mejor del Reino Unido y una de las 10 mejores del mundo. Es muy famosa entre los surfistas, deporte que hemos comprobado “in situ” que practican durante todo el año, a pesar de la fría temperatura del agua. Varado en la arena se encuentran los restos del Helvetia, un barco noruego cargado de madera, que naufragó en 1887. Pero no es el único… entre los acantilados se pueden encontrar otros navíos que sucumbieron a la furia del mar.
Aquí haremos nuestra primera excursión al “Worm’s head” o cabeza de gusano, aunque no sabemos si exactamente se refieren a gusano o a dragón, ya que antiguamente era la palabra que se utilizaba para designar a estos últimos. Lo primero que hace falta es un buen calzado para caminar entre las rocas… ¡ah! Y lo más importante, mirar la información sobre las mareas, debido a que cuando ésta sube, la “cabeza de gusano” se convierte en una isla. También hay que tener en cuenta la época de anidamiento de aves y, si no podemos pasar (como diría Gandalf), desde los acantilados podemos contemplar multitud de focas flotando en el agua o “tomando el sol”.
Otra de nuestras aficiones es adentrarnos en la historia a través de los castillos. Hasta seis fortalezas se alzan en la península, unas mejor conservadas que otras, pero todas abiertas al público. Aprovecho para contar una curiosidad que nos relató el guía en Weobley, castillo que da a unas marismas en las que pastan pequeños caballos salvajes. Pues bien, cuenta la leyenda que estos animales son descendientes de los que conseguían escapar de las minas. Antaño las caballerías vivían encerradas en el interior de estos laberintos subterráneos y cuando se les permitía salir a campo abierto, algunos huían y nunca más regresaban a su tumba en vida.
En cuanto a la gastronomía vamos a probar una receta tradicional galesa, el “laverbread”, una especie de puré hecho de algas. Estas se arrancan de las rocas, se enjaguan para quitar la arena y se cuecen durante varias horas. Cuando se ha formado una pasta verde oscura, se pican y se sirven como acompañamiento o en el desayuno. La verdad es que me resulta complicado describir su sabor y textura… así que mejor, venid y probadlas.
Y antes de despedirnos, en el interior de Gower visitaremos la “Arthur Stone” (Maen Ceti, en galés), uno de los ocho menhires de la edad de bronce que todavía se conservan en la zona. Llegados a este punto tengo que hacer una mención especial a las carreteras. Si no estáis acostumbrados a conducir por la izquierda, siempre podemos añadir un poquito más de emoción estrechando las vías e incorporando al azar ovejas, vacas y caballos. Pero no os preocupéis, porque las carreteras disponen de apartaderos y los conductores son muy respetuosos.
Fotos: Ana Coscujuela & Néstor Moreno