Racimos madurando 2021 de la DO Calatayud
Las previsiones en la DOP Calatayud apuntan a un inicio de vendimia para finales del mes de septiembre, cuando se empezarán a recoger las variedades blancas y la tinta tempranillo. Posteriormente, en octubre se vendimiará la garnacha.
La evolución en la maduración de la fruta viene este año con un retraso de unos quince días respecto a la media de los últimos años, pero con unas excelentes condiciones sanitarias, desarrollando un buen proceso de envero, consideran los técnicos de la DOP, al tiempo que destacan, que las lluvias caídas en las últimas semanas están siendo “muy beneficiosas” al dar más volumen al grano. La vendimia en la denominación es la más tardía no sólo en Aragón, sino en el contexto nacional por sus características territoriales, con viñedos en altura y zonas escarpadas, lo que supone que algunas temporadas concluya a finales de noviembre.
Los técnicos de la denominación valoran la evolución de la cosecha “muy positiva”, con racimos bien formados, características que achacan a un invierno moderado, salvo algunos episodios conocidos, y una primavera lluviosa. El verano está siendo caluroso pero no sofocante, lo que ha permitido un desarrollo sano y bien estructurado de los racimo. Por ello, el buen estado sanitario que presenta la uva es indicativo de una añada de grandes vinos.
En cuanto a las expectativas de cosecha, las previsiones apuntan a un volumen de unos 12 millones de kilos, lo que supone un ligero descenso respecto a la media de los últimos años.
Respecto a la estructura del viñedo, de total de las 3.321 hectáreas que conforman la denominación, las variedades tintas representan el 93% del total, siendo la garnacha el 71,5% la más representada, seguida de la tempranillo, con un 15% y la syrah, con un 7%. Las variedades blancas, macabeo y garnacha blanca y chardonnay son minoritarias, con un 7%.
Cata de vinos de la DO Calatayud (Foto; Eduardo Bueso)