Ginebra Vínica (Foto: Eduardo Bueso)
Vínica es el nombre elegido para la primera ginebra auspiciada por Destilerías San Valero. Y no es casual, pues el alcohol del que se parte tiene su origen en el propio vino −aragonés y de garnacha−, además de los orujos y las lías. De ahí que se pueda afirmar que se trata de una ginebra con alma de vino.
Destilerías San Valero elabora este alcohol a partir de la destilación y rectificación de los subproductos de la vinificación o el propio vino, mayoritariamente de la variedad garnacha, la más extendida en Aragón. Pues esta cooperativa, nacida en 1957 en Cariñena, con más 45 bodegas socias −también presta servicios a otras 90 del resto de España−, abarca prácticamente todo el tejido productivo de vino de Aragón.
Alberto Arellano, director general de Destilerías San Valero de Cariñena (Zaragoza). Foto: Gabi Orte «Chilindrón»
Explica su director general, Alberto Arellano, que «con Vínica, darnos un paso más. Queríamos hacer una ginebra de la tierra, hecha con materias primas aragonesas, sostenible, comprometida con el campo y elaborada en una alcoholera de aquí».
Una ginebra que pone el valor el trabajo de los viticultores aragoneses, «Esta ginebra refleja nuestros valores. Cada botella representa el trabajo de todos los agricultores. Esto no se queda en una gran multinacional o fondo de inversión; le llega al agricultor».
La mayoría de las ginebras obtienen su alcohol a partir de cereales, previamente malteados, mientras que Vínica procede de este alcohol vínico aragonés, que mantiene su alma y esencia.
En ese alcohol se macera el ingrediente principal, el enebro, al que se suman, en el caso de nuestra ginebra Vínica, once botánicos más, que evocan los aromas del viñedo y el monte aragonés. En concreto hinojo, ciruela, manzana, cilantro, diente de león, tomillo, regaliz, aceituna, pimienta negra, hierbabuena y cardamomo.
Momento de la presentación, ayer, en el restaurante Parrilla Albarracín de Zaragoza (Foto: E. B.)
La receta final, obtenida tras un arduo trabajo de refinamiento, contrastando diferentes opiniones de expertos, es la que confiere su personalidad y carácter a esta ginebra aragonesa. Suave, refrescante y con alma de vino.
Desde Destilerías San Valero se recomienda combinarla con una tónica neutra, que no enmascare su delicado sabor, además de mucho hielo. Dado su origen, resulta perfecta combinada con unas rodajas de uva, mejor de la variedad garnacha. Aunque hay quien la prefiere con un poco de hinojo −uno de los botánicos−, regaliz o una corteza de limón.
Quienes deseen un trago más seco y sincero, simplemente basta añadir una filigrana de corteza de naranja, o si te gusta potenciar las notas a garnacha unas rodajas finas de grano de uva, que sería lo ideal para sentir y apreciar cada uno de los doce botánicos. De este modo sentirán la evolución de los aromas y sabores a lo largo del consumo de la copa.
Vínica ha comenzado a distribuirse en la hostelería aragonesa y ya se puede encontrar también en tiendas especializadas, antes de dar el salto a los lineales. Pues Vínica es una ginebra democrática que quiere llegar al mayor número de paladares.
Fotos: Gabi Orte “Chilindrón” y Eduardo Bueso (copyright)
Presentación de la ginebra «Vínica» (Foto: Eduardo Bueso)