Detalle de uno de los comedores del restaurante Aldanondo. (Foto: E. B.)
Aprovechando que hemos pasado unos días de vacaciones gastronómicas en la zona de Guetaria/Getaria, decidimos ir a almorzar un día a San Sebastián. Nos habían dado buenas referencias del restaurante Aldanondo… y allí fuimos.
Tenemos que comentar que el mítico Aldanondo (situado muy cerca del mercado de La Bretxa) estuvo cerrado durante un tiempo y ha vuelto a abrir sus puertas recientemente. Su historia se remonta nada menos que al año 1923, pero la licencia “oficial” con ese nombre, data de 1969. Muy ligado sobre todo inicialmente al mundo de las apuestas de juegos rurales, ha sido un lugar ensalzado por múltiples escritores y cineastas ligados al Festival donostiarra: Diego Galán, Paul Auster e incluso Woody Allen (seguro que breve repetirá).
Mikel Mayán, propietario y chef del restaurante Aldanondo de San Sebastián, el pasado jueves. (Foto: Eduardo Bueso)
Y tras permanecer cerrado varios meses, un gran profesional se ha hecho cargo del envite, evitando de paso que nos olvidemos de un lugar imprescindible dentro de la historia de la cocina local. Pero es mejor que recojamos literalmente sus palabras en la carta de presentación del nuevo Aldanondo: “Soy Mikel Mayán, bienvenidos a esta vuestra casa, amigos. Os voy a contar un poco sobre mí y mi trayectoria laboral para comprender un poco mejor la filosofía de esta casa. Soy un joven inquieto que, ya desde pequeño, demuestro interés por la cocina, básicamente por lo que me gustaba comer. A mis 16 años, accedo a la Escuela de Cocina de San Sebastián, cursando un grado superior de formación profesional, durante este periplo realizo prácticas en el Kai de Mutriku, en el Loreduna de Hondarribia, y desde Arzak, donde realizo un año de prácticas, con 20 años, me marcho a Badajoz de la mano del que entonces era jefe de cocina de Arzak, Fernando Bárcena, quien inaugura el restaurante Aldebarán, donde conseguimos una estrella Michelin. Allí paso 6 años, durante los cuales consigo ser el campeón de cocina de Extremadura y el campeón de cocina de España, participando en el Bocuse D´Or con tan sólo 26 años. Ya con cierta morriña por la tierra decido volver a casa. Paso fugazmente por el Europa de Pamplona y llego como jefe de cocina a La Perla en San Sebastián, donde trabajo dos años; surge una posibilidad de ir a trabajar al Olivo en Mallorca y decido probar, pero antes de establecerme en la isla, Karlos Arguiñano me llama para que forme parte de su equipo como jefe de cocina, y allí recalo con 29 años, tendrán que pasar casi 11 años en Zarautz y miles de anécdotas para que decida empezar mi trayectoria en solitario, así comienzo regentando durante cinco años el Iturrietaberri en Igueldo, pero busco algo más, el origen de la parrilla y empiezo a trabajar en Araneta-Erretegia en Aizarnazabal, donde paso el último año. Y me llega la oportunidad de realizar mi sueño, de poner en práctica lo aprendido en 30 años de oficio, de recalar en Donosti, en mi ciudad, demostrando que la parrilla es sabor puro, único y auténtico; preocupado por la calidad, por el producto y por el buen hacer de las cosas. Así, me cruzo con Aldanondo, donde decido instalarme en este 2019 y alimentar aún más la historia de ese mítico local”.
Unos pimientos verdes de Guernica acompañaron a las pochas con morcilla. (Foto: E. B.)
Pero pasemos a la realidad: nuestra visita. Siento que con tanto preámbulo, que he considerado interesante para el lector, a la hora de la verdad tenga que resumir:
Tomamos varios platos compartidos (que más tarde calificaremos): croquetas de merluza con bechamel, pochas con morcilla acompañadas con pimientos verdes de Guernica, txangurro al horno, txuleta parrilla y flan con helado.
Pochas con morcilla. (Foto: E. B.)
“Calificaciones”: Las croquetas… lo mejor. Las pochas con morcilla, correctas. El txangurro, más que correcto, aunque los hemos tomado mucho mejores y la txuleta de alta calidad. El almuerzo lo acompañamos con un Viña Arana 2009 (excepcional). Junto con las croquetas, lo más destacado.
Txangurro a la donostiarrra. (Foto: E. B.)
A modo de comentario final, en Aldanondo se come bastante bien, la decoración es agradable, el costo es el adecuado y el servicio amabilísimo.
Txuleta. (Foto: E. B.)
Para repetir… pero habiendo visitado antes muchos otros restaurantes donde se come muy bien de esa mi segunda ciudad.
Flan y helado. (Foto: E. B.)
Texto y fotos: Eduardo Bueso (ambos copyright).
Detalle del comedor desde la ventana de la calle, antes de abrir el pasado jueves. (Foto: E. B.)