
El cocinero y fraile franciscano zaragozano Juan Altamiras (1709-1770) vuelve a estar presente en la oferta hostelera aragonesa con motivo de las sextas jornadas gastronómicas, que se están celebrando hasta el 30 de noviembre, con la elaboración de escudillas como elemento inspirador.
El escritor y cocinero universal, coetáneo de Francisco de Goya, es el autor del exitoso Nuevo Arte de Cocina sacado de la escuela de la experiencia económica (1745). Este tratado de cocina reúne 200 recetas organizadas por productos. Su estilo directo y ágil, los consejos prácticos que contiene, y sus propuestas gastronómicas dirigidas a economías modestas, siguen sorprendiendo a los chefs más relevantes de España.
Escudilla de Legumbres con aceite del Bajo Aragón. Escuela de hostelería Zaurín
Hasta el 30 de noviembre podremos saborear el recetario del célebre fraile aragonés en más de 30 establecimientos hosteleros, a través de la Ruta de las Escudillas y la Ruta de los Embajadores, con la presencia de estrellas Michelin y soles Repsol como Casa Arcas, El Batán o el restaurante Callizo. En esta ocasión, se incorporan centros docentes que han investigado la cocina histórica de Altamiras, como las escuelas de hostelería Topi, Zaurín, Miralbueno, San Lorenzo y Teruel.

Restaurante El Foro de Zaragoza
Todos los participantes han accedido a la obra de Juan Altamiras y han recibido información complementaria sobre su recetario, han trabajado con Alimentos de Aragón (Calidad Diferenciada), y algunos de ellos aportan sus recetas fieles al original o reinterpretadas, para que cualquier interesado pueda descargarlas gratuitamente y elaborarlas en sus casas, como “Las migas con pan duro y Cerdo de Teruel IGP”, “Otra forma de hacer sopas y un huevo parecido al pasado por agua”, “Peras conservadas en el vino Cariñena DOP”, “Escudilla de farro”, “Escudilla de legumbre”… Las propuestas gastronómicas giran en torno a la escudilla, recipiente semiesférico, no muy grande ni muy hondo, usado individualmente para comer con cuchara y beber sorbiendo. Se trata del utensilio que da nombre a muchas de las recetas de Altamiras.



