Esta semana comienza la vendimia en la DOP Calatayud con la recogida de las variedades blancas macabeo y garnacha blanca y las tintas tempranillo y syrah. Posteriormente, en octubre se vendimiará la garnacha.
La maduración de la fruta, que venía este año con unos quince días de retraso, está siendo óptima, además las últimas lluvias caídas y las suaves temperaturas están contribuyendo a engordar el grano, que presenta unas excelentes condiciones sanitarias, según los técnicos de la Denominación.
La vendimia en la denominación es la más tardía no sólo en Aragón, sino en el contexto nacional por sus características territoriales, con viñedos en altura y zonas escarpadas, lo que supone que algunas temporadas concluya a finales de noviembre.
Los técnicos de la denominación valoran la evolución de la cosecha “muy positiva”, con racimos bien formados, características que achacan a un invierno moderado, salvo algunos episodios conocidos, y una primavera lluviosa. El verano ha sido caluroso pero no sofocante, lo que ha permitido un desarrollo sano y bien estructurado de los racimo. Por ello, el buen estado sanitario que presenta la uva es indicativo de una añada de grandes vinos.
En cuanto a las expectativas de cosecha, las previsiones apuntan a un volumen de unos 12 millones de kilos, lo que supone un ligero descenso respecto a la media de los últimos años.
Vides de la DO Calatayud