Enate Chardonnay-234 (2020). Al fondo parte de una obra de la artista polaca Milena Michalowska. (Foto: Eduardo Bueso)
A partir de este mismo mes, ya se podrá disfrutar de la nueva añada 2020 de Enate Chardonnay-234, que comenzará a comercializarse dentro y fuera de España. Una añada marcada por las intensas lluvias de la primavera y unas suaves temperaturas, en contraste con un verano muy seco y caluroso, que propició una maduración completa de la variedad chardonnay. Circunstancias que han dado como resultado un vino de magnífica calidad, fresco y jugoso, con un marcado sello atlántico propio de la añada. Además, y pese a lo que se espera de un joven, este blanco de Enate permanece en bodega durante unos meses más tras su embotellado, para lanzarlo en su mejor momento.
Está elaborado con uva chardonnay procedente de la parcela 234, de la que recibe nombre, ubicada en el Valle de Enate. Una zona caracterizada por suelos frescos y profundos, de textura franco-arenosa, menos calcáreos que en otras zonas, y un clima influenciado por la cercanía del Pirineo y el contraste de temperaturas noche-día durante el período de maduración, que le confieren a esta variedad unas particularidades únicas.
Además, el 2020 ha reunido las condiciones climatológicas ideales para dar lugar a una añada excelente. Y es que, “pese a un inicio de año atípico desde un punto de vista climatológico, marcado por las intensas lluvias y un clima tropical hasta bien avanzada la primavera, el verano fue caluroso y seco, sin ser excesivo, lo que propició una maduración completa de la variedad chardonnay”, explica Óscar Olivera, del departamento de Viticultura de ENATE.
Así, el sello atlántico de la añada 2020 que se refleja en todos los vinos, lo hace también en este blanco, que luce su carácter más fresco y jugoso. “La nueva añada 2020 se expresa vibrante, con gran carga frutal y con un frescor tonificante”, describe Jesús Artajona, director Técnico de ENATE. “Un vino con el que tratamos de mantener el estilo año tras año, a pesar de la dificultad”, según explica Artajona.
Etiqueta de una botella de Enate Chardonnay-234 (2020). Foto: E. B.)
De color amarillo pálido y reflejos glaucos, Enate Chardonnay-234 es un blanco de complejo e intenso aroma varietal de manzana verde, melocotón maduro, hinojo y frutas exóticas (guayaba, fruta de la pasión), que reposa sobre un discreto fondo mineral. En boca, muestra un paladar amplio, graso, con un paso limpio y fresco gracias a su acidez sostenida y un final ligeramente almibarado. El aliado perfecto de pastas, pescados, mariscos y carnes blancas.
Y es que este vino es el resultado de un proyecto pensado con sosiego que rompe con la tradicional imagen de fragilidad que arrastran los vinos blancos españoles.
Fotos: Eduardo Bueso
Botella de Enate Chardonnay-234 (2020). Al fondo Enate Gewurztraminer 2020 y Enate Cabernet Sauvignon – Merlot 2018. (Foto: E. B.)